17 Aurelianos
Todos
hijos del coronel Aureliano Buendía y de diferente doncellas por la costumbre
que se tenía de enviar a estas a dormir con los guerreros. El primero fue
llevado donde Úrsula para ser bautizado por la época en que Aureliano José había regresado de la guerra para
casarse con Amaranta. Después empiezan a llegar
varios y son bautizados cada uno con el nombre de Aureliano y el apellido de
las doncellas, anotando Amaranta los nombres y las fechas de nacimiento para
que el coronel luego se encargue de hacer memoria y aceptar que son sus hijos.
En
una de las celebraciones de un aniversario por el tratado de Neerlandia que
coincidió con el carnaval, tocan la puerta del taller y Aureliano Buendía pide
que no le molesten. Afuera estaban sus 17 hijos reunidos. Estos se quedan unos
días y Aureliano Segundo arma parranda con ellos. Antes de irse todos, Amaranta los lleva a misa y les ponen cruces de ceniza
en la frente, las cuales nunca se les quita a los 17. El único que se queda es
Aureliano Triste, que pone a las afueras de Macondo una fábrica de hielo como
lo que soñó José Arcadio Buendía. Se interesa por una casa abandonada y se
encuentra a Rebeca vieja al derribar la puerta,
contándole después a la familia llevando al llanto a Úrsula. Cuando los 16
hermanos vuelven les cuenta lo de Rebeca y reparan toda la casa por fuera.
Aureliano Centeno se queda entonces trabajando con él. Este, desde pequeño,
siempre había destruido las cosas. Fernanda le compra platos especiales, pero a
pesar de la destrucción que hacía tenía una estupenda capacidad trabajo.
Aureliano Triste quiere vincular a la población con el resto de los lugares y
expandir el negocio, así que decide llevar el ferrocarril. Esto le recuerda a
Úrsula a las empresas de José Arcadio Buendía y
confirma que el tiempo está dando vueltas. Aureliano Segundo le da el dinero y
él se va, dejando a su hermano Aureliano Centeno a cargo, el cual, queriendo
renovar, crea el helado. Un día Aureliano Triste llega con el tren amarillo, el
cual causaría cambios, desventuras y calamidades en Macondo. En su segundo
viaje del ferrocarril él trae el alumbrado eléctrico y lleva una vez a casa a
Mr. Herbert que queda encantado con los bananos llevando después a los gringos
dueño de la compañía bananera. Aureliano Serrador y Aureliano Ascaya se quedan
después en el negocio. Una vez Aureliano Buendía trata de disuadirlos, pues
tiene presentimiento de que algo pasará desde que ve al gringo en convertible.
Con la llegada de estos, las autoridades locales fueron remplazadas por
forasteros autoritarios, pasando ahora los policías a ser sicarios con machete.
En un incidente en que uno de estos mata a un señor y a un niño por regarle sin
querer un juego, Aureliano Buendía dice que un día de estos armará a sus hijos
para acabar con los gringos, lo que hace que empiecen a cazar a todos los 17,
disparándoles en la cruz de su frente. Solo un logra escapar, Aureliano Amador,
un carpintero, el cual es asesinado ya siendo anciano cuando regresa a la casa
y solo está José Arcadio y Aureliano Babilonia, negándole
la entrada.
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