Fernanda del Carpio
Esposa
de Aureliano Segundo. Un año después de casados tienen un hijo, José Arcadio. El día del carnaval llegó con una
comparsa que la llevaba en andas doradas con una corona de esmeraldas y capa de
armiño. De niña veía a su bisabuela muerta y vivía aislada de las compañeras
porque ella iba a ser una reina. Cuando se va a la casa de sus padres se da
cuenta que ellos vendieron todo para darle a ella sus estudios. Una vez llega
un militar a la casa donde su padre y le dicen que alisten el atuendo de ella
pues va a hacer un largo viaje. Ya en Macondo, durante el desfile, empieza una
balacera y ella es auxiliada por Aureliano Segundo. Cuando regresa a casa no
quiere volver a salir hasta que un día se aparece Aureliano Segundo que la
había buscado durante una larga travesía. Usa un camisón durante el sexo con
Aureliano Segundo, el cual le causa risa. Un mes después, sin que él lograra
que ella se quitara el camisón, va a hacerle unas fotografías a Petra Cotes con el vestido de reina y Fernanda se
enoja. Logra quitarse el camisón después de que se reconcilia con Aureliano
Segundo, pero este empieza a encontrar desolación en ella. Aureliano Segundo le
explica de que no puede dejar a Petra pues cuando està con ella los animales
paren mucho. Fernanda acepta que esté con ella al ver que esto es cierto, pero
con la condición de que la muerte no lo sorprenda en otra cama.
Parte
de sus costumbres era usar bacinilla de oro, poner manteles y candelabros en la
mesa para comer así sea pan con chocolate. No quiso darle la bacinilla de oro
al coronel para hacer pescaditos y mantenía peleando con Amaranta. Impuso
muchos actos solemnes antes de la cena como rezar rosario. Cuando Ursula se
queda ciega y vieja, ella toma control de casa y quita repostería que realizaba
Sofia de la piedad por considerar esto indigno, también cerró las puertas de la
casa para siempre. Tiene con Aureliano Segundo una segunda hija llamada Renata
Remedios, a la que casi todos le dicen Meme, diminutivo de Remedios. Decora la
habitación de los hijos con santos.
Cuando
Úrsula está cegatona y Amaranta teje su mortaja, Fernanda impone a los
forasteros que llegan a casa reglas de comida. La gente de bien para ella era
la que no tenía nada que ver con la compañía bananera. José Arcadio Segundo cae
en esto pues cuando vuelve con la pelea de gallos se vuelve capataz de la
compañía; le prohíbe la entrada hasta que se le quite la sarna de los
forasteros. Aureliano segundo se sintió mejor donde Petra Cotes. Se va entonces
con la excusa de trasladar la parranda y por la cuestión de los animales, asi
que ella lo tira de la casa enviándole los baúles de ropa. Una vez, en un
concurso de comida con la elefanta, vuelve moribundo y desde entonces empieza a
ir todos los días. Es cuando se da cuenta de que está viviendo con tres
fantasmas vivos (Amaranta, Aureliano Buendía, Úrsula)
y uno muerte (José Arcadio Buendía). Ella solo
se dedica entonces a tocar el clavicordio y a escribir cartas a sus hijos (José Arcadio en Italia y Meme
en escuela de monjas). Empieza a sentirse como en la casa de sus padres, en
soledad. Cuando Meme empieza a visitarlos durante dos meses al año invita a Aureliano
Segundo para que no se sienta sola la casa. En su tercera visita trae cuatro
monjas y sesenta y ocho amigas. Compran bacinillas que después van a parar al
lugar que era el espiritual de la casa, la habitación de Melquiades, que desde
allí se empezó a conocer como el cuarto de las bacinillas. Una de las visitas
de Meme coincide con el luto del coronel, y es cuando se entera de que tiene
una hermana menor llamada Amaranta Úrsula.
Una
vez descubre a su hija en el cine con Mauricio
Babilonia. Él va a hacerle la visita cuando encierran a Meme y Fernanda
lo rechaza más que todo por tener que ver con la compañía bananera. Se da
cuenta una noche de porqué Meme se baña ahora de noche y al otro día invita a
alcalde a comer y le dice que monte guardia en el patio pues alguien se está
roba las gallinas. Después de esto le disparan a Mauricio Babilonia tratando de
quitar las tejas para entrar al baño donde estaba Meme. A la mañana siguiente
emprende un largo viaje en tren y por agua para dejarla en un convento. De
regreso del convento advirtió la presencia de militares en el tren y la tensión
con los pasajeros. José Arcadio Segundo estaba
avivando a los trabajadores de la bananera a la huelga. Dos semanas después
esta estalla.
Le
escribe una carta a José Arcadio diciéndole que su
hermana había muerto por el vómito negro. Pone a Amaranta
Úrsula a cargo de Sofía, y se dedica a organizar correspondencia con
médicos invisibles pues está enferma. Una vez llega una monja con un bebé en un
canasta y una carta donde el antiguo director espiritual de Fernanda dice que
lo bautizó como Aureliano por su abuelo ya que
Meme no hablaba. Concordó con la moja que dijera que se lo encontraron
flotando. Lamentó entonces las costumbres perdidas de matar al mensajero con
malas noticias cuando la monja se fue. Iba a ahogarlo pero el corazón no le dio
para tanto y se lo dejó a mano de Dios.
El
contacto con los médicos invisibles se vio interrumpido cuando se precipita la
lluvia torrencial de más de cuatro años. Cuando le dijeron que el funeral de
Gerineldo pasaba fue la primera en asomarse a la calle. Su funeral, en medio de
la lluvia, era desolador. Cuando Úrsula le dice, ya en el tiempo que pasó la
lluvia, que mantenga aseado a José Arcadio Segundo y organice el cuarto tirando
las bacinillas, piensa que es una locura de una abuela senil, pero cuando José Arcadio le escribe que irá antes de recibir los
votos perpetuos se anima. Con la muerte de Úrsula se cierra la casa y las
ventanas con madera.
Su
médico en Francia había sido asesinado por el pueblo por un excompañero de
Aureliano, así que le pide a José Arcadio desde
Roma unos pesarios pues sigue enferma. Nadie ya le ponía cuidado a ella pues
Sofía, ya vieja, estaba pendiente de José Arcadio Segundo
y Amaranta Ursula estaba ocupada en sus tareas.
Esta daba tan buenas noticias que a Aureliano Segundo le recordó a Meme. Este,
ya en la pobreza, empieza a hacer rifas para poder enviar a Bruselas a su hija
hasta que decide rifar las tierras pudiendo finalmente enviarla a Europa.
Cuando muere Aureliano Segundo antes de recibir la primera carta de su hija,
Fernanda no deja entrar a Petra ni recibe los zapatos de charol con los que
quería ser enterrado él, humillándola.
Después
de que se va Sofía de la Piedad revisa todo para ver que no se llevó nada. Sola,
no puede con los oficios de la cocina así que se empieza a hacer cargo Aureliano. Aunque Vivian juntos no compartía Aureliano
y Fernanda la soledad, sino que cada uno vivía la suya. Por esta época las
cosas empiezan a desaparecer y aparecer en otra parte, así que ella cree que la
casa está llena de duendes. Se dedica completamente a escribir a sus hijos pero
estos se quedan constantemente en sus lugares pues José Arcadio sigue como estudiante
y Amaranta Úrsula también por ser buena en los estudios.
Aureliano,
que ya le había pedido antes a Sofía que le trajera un libro, decide ir por
otros pero no sabe cómo pedirle permiso a Fernanda. Se la pasa horas pensando
en esto hasta que una vez se corta el cabello que ya estaba en los hombros, se
afeita, se arregla y la espera en el comedor. Ella está con aquel atuendo de
reina que Aureliano Segundo había guardado en el baúl. No estaba loca, solo
había convertido los atuendos en una máquina de recordar. Recordaba su juventud
y la época cuando Aureliano Segundo fue a buscarla. Siente entonces que desperdició
el tiempo. Había empezado a sentir la necesidad de sentirse triste con el
incrementó de los años. Cuando la encuentra Aureliano le niega la salida a por
los libros, y este por la costumbre de los años se le marchitó el espíritu
rebelde. Es noche ella tira la comida al fuego y él la encuentra muerta en la
cama al amanecer.
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